Las guerras han motivado y forjado ciertos cambios sistémicos del orden internacional hasta el punto de establecer reglas de juego para el combate hasta llevar a la creación de los Estados modernos. En ese sentido, el autor plantea que el terrorismo puede fungir también como motor de cambio en la arquitectura internacional. En últimas, el terrorismo es un fenómeno que, debido a su volatilidad, asimetría y naturaleza mutable no tiende a desaparecer, al contrario; su característica principal es su diversidad de rostros y representaciones. Así las cosas, ¿podría el terrorismo servir como fenómeno apalancador para modernizar la arquitectura internacional? Una pregunta que arroja más preguntas.