Enseñar para el encuentro es el fruto de un trabajo que articula dos de los grandes desafíos de la Iglesia en el contexto actual. Por un lado, asume el reto ecuménico que se planteó en el decreto conciliar Unitatis Redintegratio, pues no solo explora las características fundamentales de las distintas confesiones cristianas, sino que también explica las bases sobre las que se cimienta el diálogo ecuménico y el ecumenismo espiritual. Por otro lado, hace suya la necesidad de formación que tienen muchos fieles, en particular los agentes de pastoral, respecto al modo en que los católicos nos relacionamos con hermanos de otras Iglesias cristianas.