Los videojuegos se han convertido, más que en una simple distracción o “un simple pasatiempo”, en la actividad predilecta de algunos niños y jóvenes.
A diferencia de actividades como ir a cine, ir a un centro comercial o ver televisión, los videojuegos forman parte de su realidad. Esto los convierte en una problemática que atenta contra su desarrollo, puesto que, sin pensar, están dedicando gran parte de sus días a dicha práctica. Familiares y amigos concluyen que los videojuegos generan sedentarismo y, en ocasiones, comportamientos agresivos debido a sus contenidos.
Por lo tanto, en el presente artículo se expresan diferentes puntos de vista de los investigadores acerca del uso de este tipo de tecnología, así como las posibles alteraciones a nivel cognitivo y funcional que pueden generarse a partir de su práctica.
Se concluye que la tecnología puede volverse un factor de apoyo para el desarrollo de los niños y jóvenes, y se corrobora en este sentido que no es la tecnología lo que daña al hombre, sino que son los individuos quienes distorsionan y modifican sus beneficios debido al uso inadecuado que le dan.
Por: María Daniela Salcedo Mejía
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